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Clasificación (Cannabis Psicoactivo y No Psicoactivo)
CLASIFICACIÓN
Cannabis Psicoactivo y No psicoactivo
Se entiende según la normativa vigente a cannabis psicoactivo como aquel derivado de cannabis medicinal que cuente con una concentración mayor al 1% de THC (Tetrahydrocannabinol). Por lo tanto los productos que presenten una concentración menor a la indicada serán considerados como cannabis no psicoactivo.
Esto significa que aquellos productos que se muestren en la plataforma que sean considerados psicoactivos requieren de una receta médica especial para su adquisición.
En cambio los productos de cannabis no psicoactivo requieren de una receta simple para su adquisición.
De los productos de cannabis psicoactivo se caracterizan por otorgar al usuario un efecto embriagante cerebral mientras que el cannabis no-psicoactivo carece de alguna propiedad o efecto embriagante producido en el usuario.
SUGERENCIAS
Debido a las propiedades del efecto cerebral perceptibles por el usuario en el consumo de cannabis psicoactivo se recomienda evitar la ingestión de otros depresores del sistema nervioso central tales como alcohol, benzodiacepinas y opiáceos en conjunto con el tratamiento cannábico.
Kalant y Poranth (2016) indican que está contraindicado utilizar tratamiento con Cannabis o derivados cannábicos como el THC en:
• Mujeres en gestación. Los cannabinoides y otros componentes de la planta cruzan barrera placentaria y pueden producir daño en el feto.
• Mujeres en periodo de lactancia. Los cannabinoides se excretan por la leche materna y pueden intoxicar al lactante
• Niños y adolescentes. Los derivados del cannabis (THC) tienen severos efectos en varios aspectos del desarrollo mental y cerebral, y la cognición. El CBD no tiene estos efectos adversos.
• Pacientes con historia de uso problemático de drogas (alcohol, drogas de prescripción o ilícitas)
• Pacientes con historia personal o familiar de Psicosis (THC).
• Pacientes con enfermedad preexistente de corazón y/o arterias coronarias.
MacCallum y Russo han publicado algunas recomendaciones para el uso de cannabis medicinal:
• Comience lento, continúe con dosis pequeñas y manténgase a dosis bajas
• Si usa THC, los efectos adversos fatiga, taquicardia, sequedad de boca son evitables si usa dosis bajas y la titulación es baja. Use preferentemente vaporización.
• Uso de derivados ricos en CBD y bajos en THC pueden mejorar calidad de vida, control de síntomas y función con pocos efectos adversos (convulsiones refractarias, aceite de cannabis)
Para mayor información respecto a las contraindicaciones preguntar al médico asignado en su consulta o a su médico de preferencia.
EFECTOS SECUNDARIOS
Ante posibles situaciones en que el usuario experimente efectos secundarios o no deseados debido a mezcla de sustancias ingeridas o debido al excesivo consumo se recomienda administrarse un tratamiento sintomático y de apoyo. Para circunstancias de mayor seriedad se recomienda acudir a su doctor de confianza. Ante cualquier caso de presentación de efectos adversos, interrumpir el tratamiento con cannabinoides hasta consultar con su médico.
Los efectos adversos más frecuentemente observados en los diferentes ensayos clínicos realizados con compuestos cannabinoides incluyen mareos, fatiga, sequedad de boca, debilidad muscular, dolor muscular y palpitaciones. Con menor frecuencia también se ha descrito la aparición de desorientación, sensación de embriaguez, alteraciones de la memoria y la capacidad de concentración, temblores, descoordinación motora, náuseas, hipotensión, estreñimiento, visión borrosa, disforia, ansiedad, depresión, paranoia y alucinaciones.
EVIDENCIA CIENTÍFICA
Acerca de la efectividad del cannabis en distintas condiciones médicas, existe evidencia concluyente o sustancial de que los cannabinoides son efectivos para:
• El tratamiento del dolor crónico en adultos.
• Como antieméticos en el tratamiento de las náuseas y vómitos inducidos por quimioterapia.
• Mejorar los síntomas de espasticidad por esclerosis múltiple reportados por el paciente (cannabinoides orales).
• El tratamiento de la epilepsia refractaria.
Es posible que los pacientes con antecedentes de abuso de sustancias sean más propensos a abusar también del uso de cannabis. La interrupción brusca del tratamiento con cannabis a largo plazo no da lugar a un patrón uniforme o perfil temporal de los síntomas de abstinencia y probablemente sus consecuencias se limiten a trastornos pasajeros del sueño, del estado emocional o del apetito en algunos pacientes.
Se ha encontrado que uno de cada diez usuarios puede desarrollar dependencia caracterizada por la ocurrencia de un síndrome de abstinencia luego de la suspensión; el pico de abstinencia se da a los dos a tres días después de suspenderla y se prolonga hasta una semana junto a dificultades en el sueño que pueden darse hasta por tres semanas.
Sobre los efectos perjudiciales consignados en la evidencia se acentúan los potenciales riesgos de que un “uso médico del cannabis” se trasforme luego en un consumo problemático de cannabis u otras sustancias. Sin embargo, la información recopilada sobre el uso médico del cannabis y su regulación legal señala que no han afectado de manera mesurable el consumo de cannabis con fines no médicos, no existiendo evidencia contundente que asocie el uso médico del cannabis con una elevación de los niveles de uso recreativo del cannabis por parte de la población. Tampoco la evidencia es concluyente en una asociación del uso médico del cannabis y su regulación con el aumento de comportamientos delictivos.